domingo, 21 de diciembre de 2014

Equinoterapia

     En el transcurso de la historia el caballo ha sido inspirador al hombre, han permanecido juntos sirviéndole como medio de trabajo en la agricultura, acompañándolo en largas travesías, ha logrado como medio de recreación despertar el interés en aquellas personas con necesidades especiales.

     La terapia equina se basa en cuatro elementos: el movimiento tridimensional del caballo, que hace que el cuerpo vaya de arriba hacia abajo, de una lado al otro, adelante y hacia atrás; en consecuencia que todos los músculos del cuerpo se muevan.
     La temperatura del caballo, tiene unos grados por encima de la temperatura corporal, y esto funciona como una gran compresa caliente. Cuando se trabaja con los caballos, los niños no se percatan de los avances que pueden lograr.
     En el autismo, la equinoterapia produce una gran mejoría; en la parálisis cerebral es el mantenimiento, ya que permite aumentar la fuerza del niño y el tono muscular. El simple contacto con el caballo, de por sí proporciona múltiples sensaciones que influyen positivamente en el ámbitos social, sensorial y motor del paciente.
    La equinoterapia es un tratamiento no invasivo, que complementa otros tratamientos. No debe considerarse como una opción aislada, sino como parte de un conjunto de acciones terapéuticas dirigidas a neutralizar la discapacidad, aumentando el desarrollo potencial y generando nuevas capacidades. Influye a través del movimiento en el desarrollo de la postura, el equilibrio y el tono, facilitando el aprendizaje motor e inhibiendo patrones asociados de movimiento.
     En Venezuela se han hecho esfuerzos para mejorar la calidad de vida de quienes forman parte de este segmento de la población, montar un niño discapacitado en un caballo, inmediatamente la respuesta era que esta actividad además de ser peligrosa no determinaba ningún beneficio.
     Hoy en día la visión ha cambiado se desarrolla la actividad con el objetivo de ofrecerle al niño, niña o adolescente una mejor calidad vida descubriendo que en un espacio abierto, rodeado de calidez el niño puede responder al aspecto social e interactuar logrando desarrollar una terapia para el grupo familiar.

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